El entorno natural de la
Isla de Ons
El medio físico en la Isla de Ons
La isla de Ons forma parte de un archipiélago que completan la isla de Onza (al sur) y varios islotes que rodean la costa: A Freitosa y A Freitosa de Terra, O Centolo, O Cairo, A Laxe do Abade, A Pedra do Fedorento, A Illa do Xuvenco y O Cón dos Galos. La isla tiene 414 ha y se extiende longitudinalmente de norte a sur, perpendicular a la ría de Pontevedra.
La isla de Ons tiene un relieve amesetado, con varias cimas llanas que forman páramos de brezo y tojo. La altura máxima es el Alto do Cucorno (128 msnm), al lado del faro, y dista 4 km de tierra. La costa oriental (la que mira a la ría) contrasta con la occidental, abierta al Océano Atlántico: la primera es bastante rectilínea y baja, y fue donde se formaron las playas y se asentó la población; por su parte, la costa occidental es recortadísima, enteramente acantilada, y donde la acción del mar formó unas cuevas conocidas como furnas. Dos grandes ensenadas (Bastián de Val -al norte- y Canibeliñas, al sur) separan ambas vertientes.
La Isla de Onza –Illa de Onesa o Illa de Onceta– está situada 600 m al sur de la Isla de Ons. Tiene forma rectangular, un perfil relativamente alto (su cima alcanza los 68 metros de altura) y una superficie de 32 ha. Sus costas son escarpadas y cuenta con dos pequeñas playas -Onza norte y Onza sur- casi inaccesibles, ya que está bajo acantilados y rodeadas de arrecife. La vegetación es arbustiva (carece de árboles) y su parte occidental, principalmente, es un lugar de nidificación de aves marinas.
Aunque el clima dominante en las Rías Baixas es el oceánico húmedo, los archipiélagos del Parque Nacional de las Illas Atlánticas tienen un clima mediterráneo subhúmedo de tendencia atlántica. Se recogen menos lluvias, las temperaturas son más suaves que en los territorios costeros y es más ventoso. En la isla de Ons la media anual de precipitaciones se sitúa entre los 800-900 mm y la temperaturas entorno a los 14,5ºC.
El ecosistema marítimo-terrestre del archipiélago de Ons está protegido bajo la figura del Parque y alberga una importante colonia de aves marinas y unos fondos con mucha biodiversidad. La llegada de corrientes frías a las Rías Baixas provocan unas aguas muy ricas en nutrientes y oxígeno, y propician una riqueza biológica abundante.
La flora de la isla de Ons es, sobre todo, matorral: brezos, endrinos, helechos, hiniestas, retama (Cytisus insularis) y tojos. La vegetación arbórea se reduce a sauces y alisos en los pequeños cursos de agua, y en menor medida, a ejemplares de eucalipto, pino y roble melojo. Ons está actualmente deforestada, pero en el pasado estaba cubierta de especies autóctonas, como el rebollo (Quercus pyrenaica), el alcornoque o la camariña (Corema album) en los arenales.
En cuanto a la fauna en la isla de Ons destacan, sobre todo, las numerosas colonias de aves que habitan en el archipiélago. Abundan las gaviotas patiamarillas (Larus cachinnans), cuya colonia mundial más importante se encuentra en las Islas Cíes, y los cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis), que anidan en los acantilados. También son importantes otras aves como la chova piquirroja y el vencejo real; en cambio, el arao común (Uria aalge) y la gaviota sombría (Larus fuscus) son cada vez menos frecuentes.
Los mamíferos terrestres son escasos. Destacan las musarañas comunes (Crocidura russula) y las nutrias (Lutra lutra), pero otros mamíferos invasivos llegaron a ser una plaga, pues Ons no contaba con depredadores como el zorro, mustélidos o aves rapaces. En cuanto a los mamíferos marinos, los más frecuentes son el delfín común (Delphinus delphis), los arroaces (Tursiops truncatus) y los cachalotes (Physeter macrocephalus); pero también hay avistamientos del rorcual común (Balaenoptera physalus) y otros cetáceos, y en menor medida de tortuga boba (Caretta caretta) y tortuga laúd (Dermochelys coriacea).
Los hábitats de la Isla de Ons
El medio marino representa aproximadamente el 85% del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia. Las cálidas aguas superficiales que arrastra la corriente del Golfo, la amplitud de las mareas y el afloramiento local (fenómeno que trae a la superficie un agua rica en nutrientes durante el verano), propician el desarrollo de numerosos hábitats. Muchos organismos se adaptan a los cambios extremos y habitan en las comunidades rocosas del intermareal: son los mejillones (ocupan una amplia superficie), los percebes (muy expuestos a los golpes de mar) y las lapas (se adhieren a las rocas para no desecarse. En el submareal destacan los bosques de algas pardas, con especies que superan los dos metros de altura. Todas ellas forman un ecosistema que proporciona alimento y refugio a otras especies marinas: centollas, congrios, doncellas, nécoras, pulpos, etc.
En el mar, los principales fondos móviles del Parque Nacional son de arena, cascajo y maërl. En los fondos de arena abundan los bivalvos (vieira y volandeira, pero también almejas, berberechos y navajas), los peces planos que se mimetizan con el fondo (solla, raya, sepia y rodaballo) y una rica fauna intersticial que habita entre los granos de arena. Los fondos de cascajo, a su vez, están formados por restos de conchas y moluscos, y donde habitan microalgas y especies como vieiras, zamburiñas y navajas. Por último, los fondos de maërl están formados por algas calcáreas que se acumulan, aunque sólo están vivas las de la zona superior, y especies como la almeja rubia, el reloj, el lanzón o fases juveniles de muchas otras.
Entre los ecosistemas terrestres destacan los abruptos acantilados litorales, sometidos a la acción del mar y del viento. La Isla de Ons es el lugar perfecto para la nidificación para las aves marinas, pero también son un hábitat de extrema dureza. Las condiciones de vida en las dunas y en las playas (la acción del viento, fuertes insolaciones y salinidad elevada) provocan que los bosques autóctonos sean escasos y que la mayor parte de la isla esté cubierta por matorral.
La flora en la Isla de Ons
En los acantilados sólo hay espacio para vegetación adaptada a ambientes hostiles, bajo la influencia del viento, la salinidad del mar y las colonias de aves que anidan en sus repisas. Una estrategia para sobrevivir aquí por parte de las plantas y ofrecer mayor resistencia al viento es la adopción de una forma almohadillada. Las especies que destacan en estos ambientes son el hinojo marino, la Calendula suffruticosa (subespecie algarbiensis), la clavelina de mar y la angélica, en donde construyen sus nidos los cormoranes.
Las especies vegetales de playas y dunas desarrollan estrategias para superar la alta insolación, la escasez de nutrientes, la inestabilidad del suelo, la salinidad o el viento. Para sobrevivir en condiciones adversas las plantas profundizan las raíces en la arena, y cumplen así una doble función, la búsqueda de sustento y el arraigo, al evitar se las lleve el viento. Destacan las comunidades de barrón, camariña, carraspique, correhuela rosa, grama marítima, tomillo bravo y Linaria arenaria, “en peligro crítico de extinción” para la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza.
En la isla de Ons el desarrollo de la vegetación arbórea se ve frenado por las condiciones ambientales, y sólo en las zonas más abrigadas de la cara este podemos encontrar pequeñas masas de laurel, roble melojo, sauce y saúco. La mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por formaciones arbustivas como de matorral: brezos, endrino, esparraguera, helechales y jaguarzo negro; pero la más emblemática es la retama (Cytisus insularis), una planta leñosa que alcanza los dos metros de altura y que acompaña al tojo en los acantilados. Es una especie distintiva del Parque Nacional y “en peligro de extinción” para la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza.
La fauna en la Isla de Ons
Si la variedad de especies vegetales es amplia, la variedad de especies animales no va a la zaga. En cuanto a los invertebrados, existen endemismos en los grupos de los blatópteros (cucarachas), coleópteros (escarabajos), dermápteros (tijeretas), lepidópteros (mariposa arlequín y mariposa macaón) y ortópteros (saltamontes y grillos).
La baja humedad del suelo y la ausencia de cursos permanentes de agua provocan la escasez de anfibios (salamandra común, sapillo pintojo ibérico y tritón ibérico). En cambio sí podemos encontrar reptiles como la lagartija ibérica -colonizadora- y el lagarto ocelado (el más grande de Europa con unos 18 cm sin contar la cola); y culebras: culebra de escalera, culebra lisa meridional y culebra viperina.
La mayor parte de los mamíferos existentes en el Parque no son originarios de las islas. Fueron introducidos por el hombre y representan una verdadera amenaza (el gato silvestre o el visón americano) para algunas especies autóctonas. También son frecuentes pequeños roedores (ratón casero, ratón de campo, rata gris y rata negra), los murciélagos (murciélago común, murciélago hortelano y murciélago grande de herradura) y otros como el conejo, el erizo europeo, la musaraña gris y el topo.
Pero sin lugar a duda, las aves son las grandes dominadoras del Parque Nacional de las Illas Atlánticas. La abundancia de recursos, la escasa presencia humana y la disponibilidad de sitios de cría son factores que favorecen su asentamiento, y el ser hogar y lugar de paso idóneo para muchas especies impulsa el turismo ornitológico. En cuanto a las aves marinas, aquí encontramos la mayor concentración mundial de gaviota patiamarilla (unas 20.000 parejas reproductoras) y de cormorán moñudo (unas 1.000), ésta “en peligro” según el Libro Rojo de las Aves de España, que clasifica como “vulnerable” al paíño europeo.
Más concretamente, en la isla de Ons se encuentra uno de los núcleos de cría de gaviota sombría más importantes de España, con cien parejas reproductoras. Cientos de cormoranes grandes usan el archipiélago como dormidero en invierno, época en la que es frecuente la presencia del alcatraz europeo, mientras que en verano se dejan ver el charrán patinegro y la pardela balear. En las playas y las acantilados también son habituales los andarríos, garzas, garcetas, vuelvepiedras y zarapitos, además de otras aves limícolas. También son importantes las colonias de aves rapaces (azor, busardo ratonero, cernícalo, chotacabras, halcón peregrino y vencejo real) y aves de pequeño porte (carboneros, currucas, mirlos, palomas torcaces, pinzones, tórtolas y verderones) y que anidan entre el arbolado.